Es lunes, estoy sentada en la cama, no me he echado la siesta reglamentaria que tengo que hacer para funcionar por la tarde y, aun así, estoy escribiendo este post.
La semana pasada fue un poco una montaña rusa: emocional, situacional y existencial.
Se me juntaron muchas cosas y muchas conversaciones. Muchos lloros, disociaciones y líneas en el diario más tarde he escrito a mi psicóloga.
Creo que ha sido más bien una llamada de Ese O Ese porque no estoy sabiendo muy bien cómo gestionar la vida en general.
Como era de esperar me hice unos días de rotting total. Hacerme bola en la cama mientras scrolleo Tiktok, la nueva forma de autotortura y disociación del siglo XXI.
Como que me siento muy monotema con esto y lo peor, siento que este sentimiento es algo por lo que ya he pasado. Estar de luto y cerrarme al mundo es algo tan de mi yo de 2022 que me da hasta rabia volver a sentirme así.
Como que me siento muy run away but we’re running in circles.
Recuerdo la primera vez que pisé la psicóloga y me dijo que estaba de luto por haber perdido a mi grupo de amigos. Mi cara: un poema. Estaba un poco tipo: 🧍🏻♀️¿Qué luto? ¿Qué dices?
Ahora sigo un poco así: 🧍🏻♀️, pero comprendo perfectamente que estoy de luto. Como que me pongo a pensar en que este año haríamos 10 años de amistad y, a día de hoy, para saber de una de ellas tengo que mirar Linkedin (which is kind of depressing ¿no?) y otra me ha silenciado las stories de instagram.
Sé que en todo esto hay mucho miedo. Miedo a haber hecho las cosas mal y no verlo.
Miedo a pensar que si nadie me habla a mí precisamente igual es que la mala de la historia soy yo.
Miedo eterno a no conectar con nadie.
Que sé que puedes pensar que “la vida es muy larga y encontrarás a nuevos amigos“, pero, ahora, a diecisiete de junio de dos mil veinticinco me siento sola y encerrada dentro de mi cabeza.
Y no sé cómo explicarte este sentimiento de soledad que tengo dentro porque vivo rodeada de gente. Y me parece muy injusto sentir esto que siento, pero siento que hay una parte dentro de mí que se ha quedado vacía.
Termino de escribir esto a martes, diez y media de la noche. Hoy los sentimientos iban dirección rotting toda la tarde encerrada en casa y he decidido salir a que me diera el aire y he ido a tomarme una cerveza con mi novio.
Como que a veces solo necesito un poco de sol y unos besitos.